Formación técnica de menores

Como pasa con mayoría de deportes, no siempre quienes destacan en las categorías de menores, llegan a ser los mejores jugadores de pádel al llegar a profesionales. Distintas razones o motivos pueden llevar a encontrar una explicación a eso. Temas personales, estudios, cambios de gustos e intereses de los jóvenes, pero lo que nos interesa analizar es esta nota, es el referido a las limitaciones técnicas que pudieran tener, a causa de un mal trabajo en su formación.

Esas limitaciones técnicas hacen que el proceso de transición entre las categorías de menores a profesionales, suela ser bastante traumática, principalmente en aquellos jóvenes que aún con esas limitaciones, han obtenido muchos títulos de Pádel tanto locales, como nacionales de menores.

El problema, es que al llegar a los torneos de Pádel de mayores, deben realizar cambios técnicos importantes, en un momento, en el que quizás no están del todo predispuestos a trabajarlos. Es una etapa complicada, ya que salen de menores, pensando que con solo dos o tres pequeñas cosas, podrán estar entre los mejores. Pero todo se hace cuesta arriba, al ver que hay mucho por cambiar y trabajar.

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Cuando se planifica el programa de aprendizaje y entrenamiento de un niño, hay que pensar a largo plazo, ya la técnica que no hayan adquirido e incorporado correctamente desde pequeños, será muy difícil modificar de adulto. Generalmente los “parches” de hoy, serán las limitaciones técnicas en el futuro.

Cuando se le enseña a un adulto, el profesor puede “negocias”. Esto significa que a partir de las limitaciones físicas y técnicas del alumno, hará un relevamiento de los aspectos que se pueden incorporar o mejorar, pero siempre consciente de las limitaciones reales con las que se cuenta. De esta manera; el monitor; administrando lo que el alumno tiene, lo que puede aprender, y lo que nunca aprenderá, intentará que rinda a su máximo potencial.

Pero cuando se trabaja con niños “NUNCA” se “NEGOCIA”. Se debe enseñar la técnica correcta de cada golpe y su sentido táctico, mirando más allá de lo que “hoy” les sale, sin subestimar las capacidades que puedan desarrollar en el futuro.

La Idea es poner el listón bien alto y apuntar a eso. Nunca se debe perder la ilusión de enseñar a un niño, a pesar que no sea el más habilidoso, o que aparentemente, no se muestre muy interesado. Muchas veces el miedo al fracaso y a la desilusión, los lleva a mostrarse desinteresados por aprender o competir. Es importante que aprendan a aceptar los desafíos más allá del resultado y que de cada derrota aprendan, trabajen, mejoren, y vuelvan a aceptar nuevos desafíos.

Si bien importante que los niños aprendan a ganar, y encuentren motivación y confianza a través de buenos resultados, consideramos que hay que planificar su trabajo, priorizando las consignas técnicas y tácticas por encima de todo.

 

Para esto, habrá que entrenarlos de manera creativa, con consignas que lleven al triunfo, a quienes utilicen las herramientas adecuadas.

Por otra parte “se crece mucho más con los fracasos, que con los éxitos”. Perder, servirá para saber que aún hay mucho por mejorar.

Con esto no quiere decir que si entreno a un niño, no lo entrenaré para ganar y será un perdedor hasta que juegue en mayores. Quiero que gane, pero siempre por el camino adecuado. De nada me servirá que empuje la bola al otro lado para ganar un trofeo.

Por otra parte, es complicado que un niño sienta la necesidad de cambiar algo, cuando gana siempre. El problema, es que a veces gana, no porque juegue bien, sino porque el rival es peor que él. Tiene golpes relativamente buenos.

Les pondremos un ejemplo, para que puedan entender esto. Pongamos el caso que ustedes, no saben bajar bien las bolas desde el fondo de la pista, y juegan contra rivales que volean mal. A simple vista, sus bajadas fueron buenas y no pareciera haber ningún problema.

Ahora bien, luego se enfrentan a rivales que son muy agresivos con las voleas. Dejan las bolas servidas y pierden por escándalo.

¿Qué paso?
¿En que último partido bajaron mal las bolas?
No, las jugaron igual de mal que siempre. La diferencia estuvo en que los rivales que eran mejores. Este concepto de relatividad es el que confunde a grandes y niños.

Los niños deben entrenar para que sus golpes en el Pádel sean absolutamente buenos.

El no saber detectar los errores técnicos, puede llevar también, a que a todos los errores, se los relacione con temas mentales y de competencia.

Por otra parte, al subir de categoría es común que se atribuya la derrota a la falta de ritmo, y a que deben adaptarse a esa mayor velocidad de bola…

El tema es que quizás no puedan, ni podrán nunca manejar a la bola a otra velocidad, si no cuentan con la técnica adecuada.

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